Contrato de arras
Finanzas y Economía

Todo lo que necesitas saber sobre el contrato de arras

Firmar un contrato de arras es uno de los pasos más importantes en una compraventa inmobiliaria. Este acuerdo no solo permite reservar una vivienda, sino que también establece un compromiso legal entre comprador y vendedor. Sin embargo, muchas personas desconocen sus implicaciones, los diferentes tipos que existen o las consecuencias legales en caso de incumplimiento. A continuación, te explicamos todo lo que necesitas saber sobre este documento clave para garantizar una transacción segura y sin sorpresas.

¿Qué es un contrato de arras y cuáles son sus partes?

El contrato de arras es un acuerdo privado en el que comprador y vendedor formalizan su intención de llevar a cabo una compraventa inmobiliaria. En él, el comprador entrega una cantidad de dinero como señal o anticipo. Esta suma sirve para reservar la vivienda y asegurar que ambas partes cumplirán con los compromisos pactados.

Aunque no es obligatorio, este contrato es altamente recomendable, ya que actúa como garantía legal en caso de que una de las partes decida no continuar con la operación. Además, los notarios suelen utilizarlo como base para redactar la escritura pública de compraventa, por lo que es esencial que incluya todos los detalles relevantes de la operación.

Entre los elementos clave que debe contener se encuentran los datos personales del comprador y del vendedor, la descripción del inmueble, el precio final pactado, la cantidad entregada como señal, la fecha límite para formalizar la compraventa y las consecuencias del incumplimiento. También es importante indicar el tipo de contrato de arras que se está firmando, ya que esto determinará sus efectos legales.

Para quienes trabajan en el ámbito financiero, jurídico o inmobiliario, dominar conceptos como el contrato de arras forma parte del conocimiento esencial para gestionar operaciones con seguridad y rigor. Por ello, formaciones especializadas como el Máster en Finanzas pueden aportar herramientas clave para interpretar correctamente estos acuerdos y su impacto en la planificación económica.

Tipos de arras

Existen tres tipos principales de contratos de arras, cada uno con sus propias implicaciones legales. La elección entre uno u otro dependerá del nivel de compromiso deseado por ambas partes y de las condiciones específicas del acuerdo.

  • El contrato de arras confirmatorias es el más simple. Sirve como prueba del compromiso de compraventa y del pago anticipado de una parte del precio. Si una de las partes incumple, la otra puede reclamar judicialmente el cumplimiento del contrato o una indemnización por daños y perjuicios. 
  • El contrato de arras penales establece una penalización económica en caso de incumplimiento. No se permite a ninguna de las partes liberarse del contrato de forma unilateral, salvo que se haya acordado expresamente. La parte perjudicada puede exigir el cumplimiento del acuerdo o la penalización establecida, y en algunos casos incluso ambas cosas. 
  • Por último, el contrato de arras penitenciales, también conocido como arras de desistimiento, ofrece mayor flexibilidad. Está regulado por el artículo 1454 del Código Civil y permite a cualquiera de las partes desistir del contrato sin necesidad de justificar el motivo. Si es el comprador quien desiste, pierde la señal. Si es el vendedor, deberá devolver el doble de lo recibido.

Este último tipo es el más habitual en España, ya que permite cierto margen de maniobra en caso de que surjan imprevistos o se produzca un cambio de opinión justificado.

 

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Contrato de arras

 

¿Cómo se paga el contrato de arras?

El contrato de arras se firma en el momento en que comprador y vendedor acuerdan formalizar la compraventa, pero antes de la firma de la escritura pública. Su función es reservar la propiedad y retirarla del mercado, lo que ofrece seguridad a ambas partes mientras se ultiman los trámites necesarios, como la obtención de la hipoteca o la preparación de la documentación legal.

La cantidad que se paga en concepto de arras suele oscilar entre el 5 % y el 15 % del precio total del inmueble, siendo el 10 % la cifra más común. Este importe no es un gasto adicional, sino que se descuenta del precio final una vez se firme la compraventa ante notario.

En cuanto a la forma de pago, puede realizarse mediante transferencia bancaria, cheque o cualquier otro medio acordado entre las partes. Es fundamental que este pago quede registrado en el contrato y que se utilicen métodos trazables para evitar conflictos futuros. Aunque el contrato de arras es un documento privado, muchas veces se firma en presencia de un agente inmobiliario o de un abogado, lo que añade una capa extra de seguridad.

Cabe destacar que el dinero entregado en concepto de arras no se devuelve si el comprador decide no seguir adelante con la operación, salvo que el contrato contemple una cláusula resolutoria por causas justificadas (por ejemplo, la negativa del banco a conceder la hipoteca). Por eso, si no existe una cláusula que contemple causas justificadas, se recomienda contar con una tasación independiente y una inspección técnica antes de firmar.
Comprender el funcionamiento legal y financiero de estos contratos resulta crucial para quienes aspiran a liderar decisiones estratégicas en el área económica. Programas como el Máster en Dirección Financiera permiten desarrollar una visión integral sobre este tipo de operaciones y su papel dentro de la gestión empresarial.

Vencimiento del contrato de arras

El contrato de arras tiene una vigencia determinada, que debe especificarse claramente en el documento. Lo habitual es establecer un plazo de entre 30 y 90 días para la firma de la escritura de compraventa, aunque puede ampliarse mediante acuerdo mutuo si surgen contratiempos. Durante este tiempo, ninguna de las partes puede vender o adquirir la propiedad a terceros sin incurrir en incumplimiento. Si el plazo vence y no se ha firmado la compraventa, las consecuencias dependerán del tipo de arras acordado.

En el caso de arras penitenciales, bastará con aplicar la penalización pactada: el comprador perderá la señal o el vendedor deberá devolverla por duplicado. Sin embargo, si se trata de arras confirmatorias o penales, puede iniciarse un proceso judicial en el que se reclame el cumplimiento del contrato o una indemnización por daños y perjuicios.

Por este motivo, es recomendable fijar plazos realistas y contemplar posibles prórrogas en el contrato. También conviene prever situaciones excepcionales, como la denegación del préstamo hipotecario o problemas legales con la propiedad, mediante cláusulas específicas que permitan resolver el contrato sin penalizaciones excesivas.

En conclusión, el contrato de arras es una herramienta fundamental en el proceso de compraventa de una vivienda. Permite asegurar la operación y detallar claramente sus condiciones y consecuencias. Su correcta redacción, elección del tipo de arras y conocimiento de sus implicaciones son claves para evitar conflictos y proteger los intereses de ambas partes. Por ello, contar con asesoramiento profesional y realizar una revisión exhaustiva del inmueble antes de firmar son pasos esenciales para garantizar una operación segura.

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