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¿Qué es el síndrome del impostor en el trabajo?

Cómo la inseguridad en uno mismo y en la capacidad como profesional puede afectar en el puesto de trabajo. A continuación ponemos el foco en el síndrome del impostor, en lo que es exactamente y en la forma en la llega a influenciar negativamente en el empleo.

El 70% de las personas han experimentado en algún momento el conocido como ‘síndrome del impostor’ según un estudio de la prestigiosa publicación International Journal of Behavorial Science. Grandes figuras como Michelle Obama, la actriz Kate Winslet o incluso la Nobel de Literatura Alice Munro han confesado vivir en primera persona los ‘síntomas’ de lo que es el síndrome del impostor. Se trata así de un fenómeno psicológico que puede afectar a todo tipo de personas y así lo abordamos, por lo que conlleva para numerosos profesionales y para los departamentos de recursos humanos, que han de gestionar las situaciones que conlleva.

En primer lugar es importante definir lo que es el síndrome del impostor. La autora Sandi Mann, que firma el libro ‘El síndrome del impostor’, da en la diana al apuntar que se trata del “secreto convencimiento de que uno no está a la altura, un sentimiento que no sólo merma gravemente la confianza en uno mismo, la autoestima, sino que puede ser muy perjudicial para el desarrollo profesional”. Afecta así tanto en la esfera laboral como en lo personal, en el entorno familiar y en el día a día. ¿Qué lo alimenta? ¿Cuáles son las causas del síndrome del impostor y cómo se puede gestionar para darle solución? 

¿Cuáles son las causas del síndrome del impostor?

Detrás de un diagnóstico que apunta hacia el síndrome del impostor se dan una serie de situaciones y creencias, retroalimentándose unas con las otras, sumado a ciertos rasgos de personalidad. Se suman formando un cóctel perfecto que da pie a esa sensación de no ser suficientemente válido para desempeñar una determinada tarea e incluso para ejercer ciertos roles en la vida diaria. 

  1. Personalidad del profesional. Se dan ciertos rasgos similares entre quienes suelen padecerlo y está entre las causas del síndrome del impostor, personas a las que se les ha exigido mucho desde pequeños, en casa. 
  2. Interiorización de estereotipos y roles de género, siendo así este fenómeno especialmente frecuente entre mujeres. 
  3. Personas especialmente autoexigentes. 
  4. Baja autoestima y falta de seguridad. 
  5. Situaciones de estrés o crisis que han generado la pérdida de confianza en uno mismo. 

Como se puede deducir, tras el síndrome del impostor en el trabajo y en la vida confluyen una serie de características personales y situaciones que se terminan manifestando. En ocasiones se da especialmente en los entornos laborales y en otras trasciende a la esfera privada, llegando a ser altamente incapacitante para quienes lo padecen

¿Cómo afecta el síndrome del impostor en el trabajo? 

Las consecuencias para el que experimenta lo que es el síndrome del impostor son varias, especialmente relevantes los siguientes aspectos: 

  • Insatisfacción alta en lo laboral y, con frecuencia, a raíz de esto, en lo personal.
  • Desconfianza en uno mismo, inseguridad a la hora de realizar las tareas.
  • Bajas expectativas. 
  • Ansiedad y estrés ante nuevos retos/situaciones. 
  • Desmotivación en actividades cotidianas. 
  • Miedo y sentimiento de tristeza y desesperación ante ciertas situaciones y/o determinadas personas.

Estas manifestaciones que se dan en las personas que están bajo la influencia de estas sensaciones conllevan que el síndrome del impostor afecte en el trabajo, en el entorno laboral. Normalmente se materializa en factores como estos: 

  • Menor productividad: probablemente sea la principal consecuencia y sea a raíz de todos las otras consecuencias que se citan a continuación. Este fenómeno genera profesionales desmotivados, cansados y con una sensación general de insatisfacción que termina reflejándose en el empleo. 
  • Inseguridad y miedo a la hora de afrontar decisiones. En cargos de responsabilidad es un aspecto especialmente complejo. 
  • Cansancio que conlleva falta de atención, entre otras cosas. El síndrome del impostor va acompañado en numerosas ocasiones de trastornos del sueño y esto lleva a lo otro. 
  • Inestabilidad emocional e irritabilidad en la oficina, que redunda en la salud del entorno laboral en su conjunto. 
  • Aumenta la autoexigencia y el perfeccionismo. La baja autoestima y las inseguridades conllevan un incremento de las autoexigencias, pues la persona no está segura de la pertinencia de las acciones que realiza. 
  • Aislamiento. El síndrome del impostor suele ir acompañado de una disminución en las interacciones sociales en el puesto de trabajo. Esa tendencia a estar solos conlleva aislamiento y redunda a la hora de las colaboraciones en equipo y de ciertas dinámicas propias de la oficina.

Este fenómeno psicológico suele estar íntimamente relacionado con otro de los grandes problemas del profesional del siglo XXI, ‘el síndrome del burnout’, del desgaste en lo laboral. Esa insatisfacción que suele estar entre los efectos y causas del síndrome del impostor lleva a quienes lo experimentan a estar ‘quemados’ en la oficina por lo que es fundamental que se identifique a tiempo y se pongan en marcha medidas de ayuda desde los departamentos de recursos humanos. 

¿Cómo gestionar el síndrome del impostor desde RRHH?

El síndrome del impostor en el trabajo afecta especialmente, de ahí que es importante que entre las estrategias del área de RRHH se den acciones destinadas, por un lado, a identificar estados emocionales de los profesionales como este y, por otro, cómo abordarlos para dar respuesta y mejorar el bienestar del trabajador. En programas formativos como el de EAE Barcelona, especializado en este campo, el Máster en Recursos Humanos, se trata tanto este como otros fenómenos que pudieran afectar a las plantillas. 

Respecto al abordaje en concreto en este caso que tratamos, en relación a qué es el síndrome del impostor y cómo tratarlo en el entorno laboral, varias indicaciones clave: 

  1. Detectar situaciones que evidencian que hay profesionales que están experimentándolo. 
  2. Tratar en privado con ellos para conocer mejor los desencadenantes y así poder proponer soluciones. 
  3. Acciones a medida de cada caso tendentes a que el trabajador recupere confianza y motivación. 
  4. Establecer objetivos con el empleado, en relación a su situación laboral-psicológica, y hacer un seguimiento al efecto.
  5. Prevenir con reconocimientos médicos en la oficina donde se contemple por igual la salud mental de los equipos. 
  6. Promover en la empresa una cultura de comunicación interna abierta y de horizontalidad para tratar posibles soluciones a problemas y situaciones que pudieran alimentar el síndrome del impostor en determinados perfiles de profesionales. 

Es importante que desde el departamento de recursos humanos se apueste siempre por crear planes que motiven a las personas que conforman la empresa. Lo emocional suele influir notablemente en el desempeño profesional, como es el caso del síndrome del impostor, así que lo mejor es la prevención para mantener la salud y el bienestar de los trabajadores a todos los niveles.