
Startup: Definición y características
Empresas emergentes, especialmente vinculadas con la innovación y la tecnología, que apuestan por internet y las redes sociales —ya sea para realizar su actividad y/o para darse a conocer—. Estos son los aspectos clave del fenómeno de las startup, un concepto que ha revolucionado el panorama empresarial a nivel internacional y que ha permitido que las ideas de numerosos profesionales sean realidad. En otro contexto, habría sido complicado llevarlas a la práctica.
Esto se debe a que inversores y expertos en finanzas apuestan por dar voz a talentos que están desarrollando propuestas de negocio especialmente innovadoras. Se ha creado un entorno propicio para impulsar conceptos que, en otros tiempos, habrían sido descartados: planes de negocio guardados en un cajón y que hoy toman forma, dando lugar a empresas tan rentables como Wallapop, Glovo o Uber. En su momento se consideraron startups y, a día de hoy, son casos de éxito que se estudian en escuelas de negocio y universidades.
Para entender mejor el concepto de startup, hay algunas claves que permiten determinar en qué consisten realmente estas compañías.
¿Qué es una startup y cómo funciona?
Una startup es una empresa de nueva creación que busca desarrollar un producto o servicio innovador, introduciendo una novedad potencialmente disruptiva en un mercado donde ya existe competencia. En algunos casos, incluso son capaces de crear un nuevo mercado desde cero, como ocurrió con las redes sociales.
Al principio, las startups suelen contar con un equipo pequeño y muy motivado que trabaja intensamente para llevar su solución al mercado lo más rápido posible. Veamos ahora qué características permiten definir con precisión qué es una startup y cómo funciona.
- Escalabilidad: esta capacidad permite que la startup crezca rápidamente, llegando a una gran cantidad de clientes en poco tiempo y con recursos limitados.
- Replicabilidad: consiste en que la startup pueda reproducir los procesos validados a pequeña escala para aplicarlos luego en contextos de mayor alcance.
- Innovación intrínseca: la innovación es el alma de la startup, ya que busca ofrecer soluciones a procesos o necesidades que no han sido abordados en el mercado.
- Carácter temporal: la startup representa la fase inicial y transitoria del ciclo de vida de una empresa, caracterizada por un rápido crecimiento y desarrollo.
Las startups suelen estar más abiertas a nuevas ideas y son más adaptables al cambio que las grandes empresas. En muchos casos, pueden ser financiadas por inversores externos, como business angels o fondos de capital de riesgo. Sin embargo, en una etapa inicial, dependen casi siempre de los recursos de sus fundadores. Por eso, quien desee fundar una startup necesita más que ideas innovadoras; debe contar con sólidos conocimientos financieros, que pueden adquirirse, por ejemplo, con un Grado en ADE o, mejor aún, con un Máster en Finanzas.
Tipos de startup y fases clave en su desarrollo
Las startups se pueden estructurar en diferentes tipologías. Esta es la clasificación más conocida e identificable:
- Startups escalables: son negocios con eficacia demostrada y que pueden replicarse de manera sencilla, sin necesidad de destinar excesivos recursos. Se consideran así aquellas empresas que han recaudado al menos un millón de dólares en financiación y que han mantenido un crecimiento sostenido de en torno al 20 % en el último trienio.
- Startups sociales: su objetivo no es generar beneficios económicos, sino mejorar un producto o servicio que aporte valor a una comunidad o un nicho de mercado específico. Son propuestas rentables, pero no priorizan el crecimiento del volumen de negocio.
- Startups comprables: se asemejan a pymes cuyo objetivo es ser adquiridas por otras corporaciones o compañías que puedan aportar más recursos y fondos para escalarlas. Parten de un presupuesto muy limitado y de una idea especialmente innovadora a la que se suman otros recursos que le permitirán crecer y generar mayores resultados.
- Startups primarias: los promotores de estas empresas tienen como meta hacer de ellas su proyecto de vida. No tienen intención de venderlas a terceros, sino de desarrollarlas como actividad profesional principal.
- Startups secundarias: surgen de ideas generadas dentro de una empresa matriz o de un grupo empresarial concreto, en un entorno que permite experimentar con recursos ya existentes.
Algunas startups suelen tener fases de desarrollo claves y comunes. Podrían destacarse las siguientes:
- Determinar producto o servicio principal: debe tratarse de un ‘producto mínimo viable’, concepto conocido por sus siglas en inglés, MVP, una versión inicial funcional que pueda validar la propuesta en el mercado con el menor esfuerzo posible.
- Medición de primeros resultados: sirve para valorar la acogida en el mercado y comprobar si satisface de forma efectiva los gustos y necesidades de su audiencia objetivo.
- Valoración final y toma de decisiones: tras la fase anterior, se decide si el prototipo puede seguir adelante o si requiere ajustes para alcanzar los objetivos iniciales.
- Desarrollo del producto o servicio y comercialización.
- Consolidación de la startup y generación de un plan de acción: en esta fase, se define si la idea es continuar con la compañía junto a los fundadores o si se optará por vender el concepto o integrarlo en otras corporaciones.
Para entender mejor en qué consisten las startups y cómo evaluar su desarrollo, conviene considerar el modelo de negocios digitales al crear empresas vinculadas a la tecnología y la innovación.
¿Cómo se financian las startup?
Las startups disponen de diversas fuentes de financiación, que van desde el apoyo de familiares y amigos hasta la inversión de capitales externos. A continuación, se detallan las principales opciones:
- FFF (Family, Friends and Fools): financiación inicial que proviene del apoyo económico de la familia y allegados para iniciar la actividad.
- Business angels: inversores privados que suelen aportar hasta 50.000 euros de media. Pueden involucrarse en parte del desarrollo del negocio u ofrecer mentorías.
- Capital semilla (seed capital): es la inversión que se destina a startups en fase inicial, cuando el negocio aún no es rentable o está en desarrollo.
- Fondos de capital riesgo: inversores externos que inyectan capital en proyectos con alto potencial de crecimiento, asumiendo cierto riesgo de pérdida en fases tempranas a cambio de participación en acciones.
Ejemplos de startups exitosas
Para conocer casos de startups exitosas, se puede recurrir a un ranking revelador: el que se refiere a las operaciones de ventas de empresas emergentes que más ruido han ocasionado. Estas son algunas de las más destacadas en los últimos años:
- Glovo: la plataforma de entrega de productos a domicilio protagonizó una operación de 780 millones de euros tras ser adquirida por la alemana Delivery Hero.
- Privalia: este espacio de ventas privadas de moda, complementos y otros artículos de hogar y cuidado personal fue adquirido por Vente-Privee por cerca de 500 millones de euros.
- Cabify: transporte privado bajo demanda, alcanzó una valoración de 1.400 millones de euros tras recibir inversión de otras compañías del sector y fondos de capital privado.
- Wallapop: marketplace especializado en la compra y venta de artículos de segunda mano. Alcanzó una valoración total de 771 millones de euros, consolidándose frente a gigantes como eBay y Mercado Libre.
Estos son solo algunos casos de recientes startups que han triunfado por generar ideas hasta entonces disruptivas y dar lugar a competidores que han tratado de arrebatarles mercado. Ya fuese a través del método lean startup o de otras fórmulas para crear nuevos conceptos, lo cierto es que en un mercado cambiante van surgiendo infinidad de oportunidades de negocio que están saliendo a la luz gracias a emprendedores que saben ver más allá de lo convencional.
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