Business Management
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¿Qué es ser un emprendedor?

Ser emprendedor va mucho más allá de abrir un negocio. Implica tener una visión transformadora, asumir riesgos calculados y convertir ideas en realidades que generan valor. A continuación veremos qué significa realmente ser emprendedor, cuáles son sus características y habilidades, cómo se diferencia de un empresario, qué estudios y conocimientos son clave para desarrollarse en este camino, qué oportunidades ofrece la era digital y algunos ejemplos inspiradores de éxito.

Definición de emprendedor

Un emprendedor es aquella persona que identifica una oportunidad, la transforma en un proyecto y se arriesga a ponerlo en marcha con el fin de crear valor económico y social. Conceptos como ambición, visión y valor bien definen el espíritu emprendedor. En España, la actividad emprendedora ha crecido de manera constante en los últimos años. Según el Informe GEM 2024-2025, la tasa de actividad emprendedora (TEA) se situaba en torno al 7 % de la población adulta, una cifra todavía inferior al promedio europeo (10 %), pero que refleja un entorno activo, especialmente en las áreas tecnológicas e innovadoras.

El mismo informe destaca un fenómeno interesante: la población extranjera presenta una intención emprendedora mucho mayor, del 28,1 %, frente al 11,2 % de los españoles, menos inclinados al riesgo de empresa y todavía muy seducidos por la seguridad de una nómina. En la práctica, una de cada siete personas extranjeras estaba iniciando un proyecto empresarial en España en 2024.

¿Qué características y habilidades tiene un emprendedor?

El éxito emprendedor no depende solo de tener una buena idea y el capital para financiarla, sino de un conjunto de cualidades personales y competencias profesionales. Según la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), los emprendedores identifican como fundamentales la persistencia (88 %), la orientación a resultados (85 %), la confianza en uno mismo (84 %), la creatividad (83 %), la conciencia social (79 %) y la tolerancia al riesgo (76 %).
En el caso de las mujeres, el interés hacia este camino es elevado: un 39 % de las españolas declara querer emprender. Sin embargo, existen barreras importantes, como la falta de financiación (32 %), el miedo al fracaso (31 %) y la baja autoestima profesional (hasta el 45 % en los millennials). Estas cifras muestran que el perfil del emprendedor debe combinar motivación personal, resiliencia y una clara disposición a aprender de los errores, factores decisivos para sostener un proyecto en el tiempo.

¿Qué diferencia hay entre un emprendedor y un empresario?

Aunque muchas veces se usan como sinónimos, emprendedor y empresario no son lo mismo. El emprendedor es, sobre todo, un innovador: detecta oportunidades, crea proyectos desde cero y asume riesgos para transformar ideas en realidad. El empresario, en cambio, se asocia más a la gestión de empresas ya consolidadas, con foco en la eficiencia, el crecimiento sostenible y la estabilidad. El emprendedor crea y el empresario gestiona.

En España, la percepción social refleja este matiz. Según el Barómetro del Empresario 2025, ocho de cada diez ciudadanos valoran positivamente a los empresarios, reconociendo su papel en la creación de empleo y en la innovación. Sin embargo, solo un 15 % considera que es fácil emprender, y un 31 % ha emprendido alguna vez. Entre los jóvenes, más del 50 % se plantea hacerlo en el futuro. Esto sugiere que el emprendedor se percibe como el motor inicial de la innovación, mientras que el empresario es quien consolida y gestiona ese crecimiento. Dicho esto, las dos figuras pueden sobreponerse. 

Qué estudiar para ser emprendedor: conocimientos clave

Para emprender con éxito no bastan la intuición y la voluntad: se necesitan conocimientos sólidos en áreas como economía, finanzas, marketing, estrategia empresarial e innovación. También resulta fundamental aprender metodologías ágiles que permitan validar y escalar un proyecto. La metodología lean startup, por ejemplo, ayuda a diseñar productos y servicios de forma rápida, minimizando riesgos y ajustándose a las necesidades reales del mercado.
Además, formaciones avanzadas como un IMBA (International MBA) o un Executive MBA ofrecen una visión estratégica y global que resulta imprescindible para liderar equipos, negociar con inversores y expandir una empresa en contextos competitivos internacionales. Junto a ello, el estudio del crecimiento empresarial es clave para entender cómo consolidar y escalar un negocio más allá de sus primeras fases.

Oportunidades de emprendimiento en la era digital

La digitalización ha abierto oportunidades sin precedentes para emprender en España. De hecho, el tejido empresarial nacional está compuesto casi en su totalidad por pymes y microempresas, muchas de las cuales han acelerado su transformación digital tras la pandemia. Sin embargo, sólo una mínima parte de las pequeñas empresas cuenta con un plan de digitalización estructurado.

En paralelo, el ecosistema tecnológico español vive un momento histórico. Según el Spain Tech Ecosystem Report 2025, el valor de las startups ya supera los 110.000 millones de euros, el doble que en 2020. En 2024 captaron 1.900 millones en inversión de venture capital, y en los seis primeros meses de 2025 ya habían superado esa cifra con 1.950 millones. España cuenta hoy con 17 unicornios (startup valoradas en al menos 1.000 millones de dólares), situándose en el noveno puesto europeo.

Los sectores más dinámicos incluyen la inteligencia artificial, la tecnología climática, los viajes online y los pagos digitales. Madrid y Barcelona lideran este crecimiento, consolidándose como polos de atracción de talento e inversión, con eventos internacionales como el South Summit que posicionan a España en el mapa global del emprendimiento.

Ejemplos de emprendedores de éxito

Pese a que la gran mayoría de las startups fracasan a la hora de dar el salto al mercado, los casos de éxito ilustran cómo las ideas bien gestionadas pueden transformarse en realidades empresariales. Entre los más destacados en el panorama español actual están los fundadores de Glovo, Cabify, Wallapop o Wallbox, empresas que han alcanzado el estatus de unicornios y se han expandido internacionalmente. Fuera del mundo digital, el mismo Amancio Ortega, dueño de Inditex y uno de los hombres más ricos del mundo, empezó con una pequeña tienda de barrio en Galicia.

El emprendimiento inmigrante también aporta ejemplos inspiradores: según cuenta Cadena Ser, un emprendedor argentino que comenzó vendiendo empanadas ha creado una red de más de 40 franquicias en España, demostrando cómo una iniciativa sencilla puede convertirse en un negocio escalable. Asimismo, a nivel internacional, iniciativas de impacto social como NaTakallam, que emplea a refugiados como profesores de idiomas en línea, o Hoop Carpool, que fomenta la movilidad sostenible, muestran que el emprendimiento puede generar beneficios económicos y contribuir al bien común.

Ser emprendedor significa innovar, asumir riesgos y transformar ideas en proyectos con impacto económico y social. Supone también formarse en gestión, liderazgo y digitalización, rodearse de equipos capaces y mantener una actitud resiliente frente a los desafíos. La era digital ha multiplicado las oportunidades, y los ejemplos de éxito demuestran que emprender no es solo crear empresas, sino también cambiar la forma en que trabajamos, consumimos y nos relacionamos.

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